de un tiempo sempiterno figurado
que augura convertirse en un fragmento.
Del sino es la señal, su filamento
con férreo resplandor inesperado
demarca con carácter el legado
que invita a proseguir al firmamento.
De a poco, desvanecen las presiones,
mañana no es futuro de tu ayer;
ni esperes encontrar las instrucciones
de cómo al mismo sitio has de volver.
Accede al remolino de emociones
con llanto, pues acabas de nacer.
El Armador de Sonetos.
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