
Inmensa la alegría, tan divina
al éxtasis conduce al fumador
que prende su cigarro y con sabor
rellena su pulmón de nicotina.
Perdone si el hedor que predomina
me irrita, provocando mal humor
presiento que su humo es agresor
mi espacio y mi salud la contamina.
Previendo del arranque de la ira
usando la razón y la prudencia
le pido de favor si se retira.
Disculpe que le lea su sentencia
si el vicio por los poros lo transpira
la muerte le vendrá por negligencia.
El Armador de Sonetos.
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