
Balam, sutil deidad con jerarquía
y noble protector del reino maya,
transita por Tulum, la vera playa
legando manifiesta hegemonía.
Reacio el animal, de altanería
es huésped del castillo en atalaya,
recinto para el culto y ciencia gaya
donada como herencia en su grafía.
Los ojos de la fiera son luceros,
que brillan con fulgor de escalofrío,
con garras afiladas como aceros,
enfrenta su terrible desafío:
Si ronda de mañana los senderos
su piel es convertida en atavío.
El Armador de Sonetos.
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