
Preciosa flor, y más galante joya
aroma del amor, del dulce clamo
percibo tu portento y te proclamo
excelsa, tan grandiosa como Troya.
Y sirva de escenario, de tramoya
tu inmensa sobriedad, y sin reclamo
permitas se dibuje cada tramo
directo del pincel del mismo Goya.
Origen del sabor de la vainilla
sembrada con tesón por la realeza
logrando resaltar de maravilla
tesoros tan ocultos, con firmeza
me atrevo a confirmar que más sencilla
la miro al competir con tu belleza.
Perdón por mi torpeza…
Olvido niña amada por error
la orquídea devolverte con mi amor.
El Armador de Sonetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario