
Recuerdos con dolor, sin embeleso
la vida va cobrando la factura
permite con momentos de dulzura
borrar el cruel recuerdo del regreso.
Ignoro por ahora si el receso
alargue su llegar, es la tortura
que impide que se goce, pues ni el cura
conoce el otro mundo, lo confieso.
Y vayan a saber los más letrados
si quienes menos saben más felices
la pasan, que los mismos ilustrados
que gozan una vida sin matices;
olvidan sus principios tan confiados
sin ver el más allá de sus narices.
El Armador de Sonetos.
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