
En flor mi corazón lo cultivé
labrando sentimiento y frenesí
y en lágrimas de tinta convertí
los versos en perfume de café.
Y nunca lo sabré, no sé porqué
dejaste que la flor del Potosí
tan pura y nacarada, en organdí
marchita señalara tu traspié.
Conservo en patrimonio el viejo escrito
tatuado con pasiones y anatemas
recuerdos de vivencias, y lo admito
las horas a tu lado son supremas.
Guardé tu "gran amor" en un frasquito
no quiero de tu parte más problemas.
El armador de Sonetos.
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