
Decirle que la quiero es obsoleto
si busco de sus ojos una estrella
la luz que da la vida y deja huella
en prenda del cariño que interpreto.
Mis labios le susurran en secreto
amores inefables, y es por ella
que muero como genio en la botella
si finca la amistad de parapeto.
Podría comentarle con detalle
que siendo de mis sueños fantasía
gustoso mi existencia cambiaría
por verme germinar en ese valle.
Su boca me convence de que calle
con besos que rezuman poësía.
El Armador de Sonetos.
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