
Quisiera remontarme con la idea
y sueño que concibo desde niño
cambiar a voluntad con simple guiño
y ser un girasol que cabecea.
De espaldas me presento si alborea
no sigo a los demás y siempre riño
incluso le desdeño su cariño
al sol que con sus rayos lisonjea.
La gente se percata y asombrada
no captan el motivo de mi giro
y piensan en la flor, que acongojada
desdeña del lucero su retiro.
Tan sólo me compete que mi amada
conozca de verdad por quien suspiro.
El Armador de Sonetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario