
Irradias con belleza electrizante
estelas de glamour y simpatía
avivas el versar en demasía
con porte de una diva apabullante.
Tus ojos me acarician como guante
tu boca me embelesa de ambrosía
tu forma escultural de fantasía
socava mi pasión intemperante.
Con cierta reticencia te observaba
de forma perspicaz y muy discreta
descubro la conducta que execraba.
Me exiges la respuesta más concreta
y en forma tan sutil te recalcaba:
Te vas, por casquivana y por coqueta.
El Armador de Sonetos.
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