la lógica concuerda que despeje
y amor, es la respuesta a su ecuación.
No acusa ni un motivo que refleje
si fue casualidad o confusión,
y el beso que en su boca yo le deje
será sutil señal de aprobación.
Entierro al desamor en el olvido
al verla tan hermosa, pura y casta
y el cielo busco en ella merecido
sabiendo su carácter entusiasta.
Sus labios cuchichean en mi oído
un -te amo- y para mí, con eso basta.
El Armador de Sonetos.
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