
La vida nos seduce con señuelos
y atajos por salir de la vereda
que cruza por completo la arboleda
origen del edén de los abuelos.
La senda que conecta con los cielos
proyecta resquemor en la ribera
del río majestuoso en primavera
fluyendo sin final en arroyuelos.
Si logras alcanzar con tu talante
la ruta desterrada del olvido
si luchas con esfuerzo trepidante
consigues con honor lo prometido:
La gloria de pisar el subyugante
camino que los sabios han seguido.
El Armador de Sonetos.
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