
Amar, es laberinto de pasiones
umbrías e inefables por la ciencia,
incólume desdén de la consciencia
causal de tropelía y frustraciones.
Amar, no es religión que con sermones
imponga a rajatabla la abstinencia,
insana se emparenta la inocencia
a lúgubre mazmorra de emociones.
Amar, es la frontera a las virtudes
es sino que no entiende probidad,
escapa del patrón de juventudes
e injerta su semilla con crueldad.
Amar es dicha inicua de inquietudes
de un mórbido placer en orfandad.
El Armador de Sonetos.
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