
Y ¿para qué te digo que te quiero
si el cielo lo publica de mañana,
con luces que la aurora soberana
al sol, le ha despojado del tintero?
No dudo que el cometa, añil lucero
emita luz sutil, de porcelana
y llegue su destello a tu fontana
con flechas de cariño verdadero.
Señales de un amor maravilloso
contigo varias veces demostré,
ahora que me vuelvo cauteloso
recibo lo que siempre sospeché:
tu beso, mas lo siento caprichoso,
lo sabes tú mi amor, y di ¿por qué?
El Armador de Sonetos.
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