
Presiento que la vida me declara
un cambio de estafeta favorable
con sueños placenteros, inefable
final que de antemano me prepara.
Con alma transparente siempre clara
viviendo sin la pena del culpable
ejemplo del humano respetable
que al fin lo medirá la misma vara.
Me embriago con aroma de las flores
y rayo de alborada por testigo
de dicha sin igual, sin pormenores
seguro que no habrá ningún castigo
la gloria se desborda con amores
y fue por despertar al fin contigo.
El Armador de Sonetos.
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