
Hostigan y laceran con espino
recuerdos desluciendo la conciencia
repican con afanes de indulgencia
sucesos que retuercen el destino.
La falla neuronal del inquilino
es síndrome del odio, de demencia
adictos al olvido, sin clemencia
vagando sin premura su camino.
Con viajes que convidan al desquicio
la trama del origen y aquelarre
seguido del exceso por el vicio
provocan el grandísimo desbarre
la dosis empeoró con el suplicio
es hora que su tumba no se barre.
El Armador de Sonetos.
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