
¡-Qué niña de ojos tan bellos-!
justo al frente de la escuela
su faz parece dolida
como quien sufre condena
mas luce sutil sonrisa
que muero por conocerla.
Me dice que desamores
ha tenido por docenas
con hombres de mi calaña
que prometen darle perlas
buscando el modo más fácil
con su lujuria que quema.
-No todos somos iguales-
le refuto con certeza
son puras mis intenciones
tan sólo ponme una prueba
y antes de que cante el gallo
le dedico tres poemas.
Pasamos cinco veranos
gozando la vida plena
derrochando aquel cariño
que nos pusimos de prueba
un diecisiete de marzo
que me besaste sincera.
Ahora que somos grandes
ahora que ya hay peleas
me dices que fue mentira
lo que yo te prometiera
mas veo que la razón
es que nos falta la esquela
aquel papel blanco y triste
que señala y que resuena
que un gran amor se acabó
sin soluciones alternas
que sacien los resquemores
que me causan pena ajena
iluso pues me creí
tu canto de la sirena.
El Armador de Sonetos.
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