
Si duda que la vista no me engaña
al ver ese donaire y galanura,
belleza y distinción, y la frescura
del porte de mujer que le acompaña.
Nacida por las tierras de la España
debiera presumirse en la pintura
del mismo Salvador, o en escultura
sin fallas, y sin cera, ni patraña.
Ahora con los años bien vividos
destaca por la gracia y lo divino,
carisma que levanta los cumplidos
no importa si es vereda o es camino.
Con todos mis respetos, mis sentidos
me indican que mejora como el vino.
El Armador de Sonetos.
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