
Rendido por sombríos pensamientos
se abate tu salud al desconsuelo,
no sabes si verás mañana el cielo
y rezas sepultando tus lamentos.
Eternos te serán los mil tormentos
que sufras enterrado bajo el suelo
y al sino de vivir, levanta el vuelo,
no importa si percibes leves vientos.
Tu fe será vital, y de seguro
es bueno que al minero comuniques
que lejos de morir en claroscuro
con luz de la esperanza lo salpiques.
Por mucho que te sientas inseguro,
el mundo está contigo. ¡No claudiques!
El Armador de Sonetos.
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