
El agua a la cantera la desviste
y al arco con el musgo de atavío
le teje los raudales del estío
forjando filigrana que persiste.
Mi lánguida mirada, feble y triste
recorre la ribera junto al río
buscando en el pasado el tiempo mío
momentos de un amor que ya no existe.
Recuerdos de los besos con euforia
los siento diluir con la corriente,
dos años de pasión, fugaz historia
son pena y desamor en el presente.
Evoco con nostalgia la memoria
de citas clandestinas junto al puente.
El Armador de Sonetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario