
No sé si es el donaire de las flores
que borda parsimonia en el ocaso
y embriaga con aromas del parnaso
tus labios rezumando sus amores.
No sé si por la noche los fulgores
de luna se transmuten en Pegaso
te eleven por los cielos y de paso
adornes con estrellas tus candores.
No sé si mi temor es prematuro,
sin ti por la mañana, moriré,
el alma me has robado en un conjuro
al menos dame vida, dame fe.
Por hoy, lo reconozco y te aseguro
-Te quiero- y es lo único que sé.
El Armador de Sonetos.
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