
Después de ti, no hay nada que me llene
si fuiste continente de mi aurora
velero del amor, de gran eslora
que vuelve allende el mar donde proviene.
Después de ti, no hay risa que resuene
tan grácil, tan sincera y tentadora
ni beso clandestino que enamora
tornando al corazón loco perenne.
Después de ti, mi vida en un viraje
rehuye del dolor que se propaga
en forma de motín, al abordaje
de mi alma, que encallada, ya naufraga.
Que sirvan estos versos de mensaje:
-Después de ti, mi amor, ¿qué quieres que haga?-
El Armador de Sonetos.
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