
Recuerda aquella tarde que llovía
al frente de las puertas de la gloria
derrochas tu ternura, con euforia
besabas desbordada en alegría.
La noche se llenó de algarabía
grabé tu corazón y tu memoria
con páginas de amor, la tierna historia
que apenas con mis versos escribía.
El lecho contempló la madrugada
envuelto en la pureza que devino
del nácar en tu piel tan sonrosada
primicia de tu núbil y genuino
deseo de sentirte al fin amada
sellando con mis labios tu destino.
El Armador de Sonetos.
2 comentarios:
Querido amigo:
Aquí me tienes por tu espacio disfrutando de tu obra, que ya es muy conocida entre los sonetistas y que siempre es un deleite leer. A ver si te visito mas a menudo y compartimos. Un abrazo:
Tadeo
Tadeo:
Muchas gracias..
Estamos leyéndonos..
Saludos.
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