
Tan sólo si supieras que te quiero
que extraño con locura tu caricia
exenta del pudor de la malicia
exigua por demás la considero.
Los versos que rebosan del tintero
denotan el afecto con justicia
pretenden pregonar con la primicia
al mundo de mi amor sin desespero.
Es tiempo de rezar por tu llegada
y sufro al contemplar el entresijo
luchando por tu bien, aquí postrada.
La voz de su marido suave dijo:
¿A quién te referías cautivada?
-Dialogo con mi vientre, con tu hijo.-
El Armador de Sonetos.
2 comentarios:
Vaya... siempre es un lujo andar los seentidos por tus sonetos... Cordial saludo tocayo.
angel
Muchas gracias por la visita.
Ya sabes que ésta es tu casa...
Publicar un comentario