
Mi verso enmudeció con solo verte
leyendo en tu belleza sincopada
el sino de un amor y al atreverte
me ofrendas tu mirar que tanto agrada.
Tu boca inmaculada me pervierte
con glorias y pasiones disfrazada
conlleva con cadencias a la muerte
y suele culminar aletargada.
Estampa que sublima prometerte
que deje de buscar la encrucijada
si torna del confín de no quererte
de forma por demás apasionada.
Mi vida y lo que resta por tenerte
contigo me será recompensada.
El Armador de Sonetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario