
Paisaje que convida al pensamiento
y efímera quietud que regocija
me invade a transitar, a que dirija
la fábula que vivo de momento.
Evito proferir algún lamento
los años han tallado edad prolija
sin penas ni dolor, ni qué me aflija
teniendo asegurado mi sustento.
Quisiera continuar por el camino
del bien, al ayudar al desgraciado
que piensa que la vida es sólo vino
manjares, o pasiones y pecado.
Imploro buena muerte por destino
y ser por mis amigos recordado.
El armador de Sonetos.
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