
Al alba da comienzo la función
emana tan sutil hermoso rayo,
formando partitura, como ensayo,
con luces que entretejen su canción.
Grandioso amanecer, con emoción
contemplo el espectáculo sin fallo,
escucho la canción feliz del gallo,
que avisa a todo mundo la ocasión.
Momento tan gozoso me provoca
la dura reflexión de mi conciencia,
la mente racional que siempre choca
delante del espíritu o presencia
de un ser tan superior, que no equivoca
y muestra día a día su existencia.
El Armador de Sonetos.
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