
Sus ojos, mitad noche mitad luna
evaden con desprecio saleroso
el roce imperceptible y delicioso
que deja mi mirada inoportuna.
Sutil y persuasiva ceja bruna
es cómplice del párpado orgulloso
que exaltan por motivo misterioso
la anuencia del linaje de su cuna.
Exuda los aromas de la rosa
del sándalo y jazmín y es bendecida
con dotes y carisma de una diosa.
La tomo de la mano y sorprendida
demuestra su belleza portentosa
cerrando el abanico complacida.
El Armador de Sonetos.
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