
El agua concebida por la roca
con llantos ha parido un nuevo arroyo
remanso victorioso del escollo
del rey que sumergido se derroca.
La fuerza de natura la revoca
y busca promover su desarrollo
si logra la concordia y el apoyo
de todos las vertientes que convoca.
La manta aguamarina va tejida
al cauce entreverado en la ribera
bañando la campiña adormecida
despierta a la semilla que durmiera.
Un día llegará su despedida
soñando con nacer en primavera.
El Armador de Sonetos.
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