
Percibo tu presencia en el entorno
si el triunfo no se logra en la batalla
evito cometer alguna falla
con ímpetu preparo mi retorno.
El alma no se compra con soborno
mi mente siempre clara lo subraya
no importa si es princesa o es lacaya
mujer al fin, sin ser un vil adorno.
En cada madrugada que despierto
temblando de emoción, por un motivo
te dejo el corazón al descubierto
en prueba del amor tan afectivo
tan sólo te lo pido y te lo advierto
no salgas de mi mente, lo prohibo.
El Armador de Sonetos.
3 comentarios:
Querido amigo:
Este es un bello soneto que me ha gustado mucho, por eso dejo aquí mi comentario. A ver si poco a poco voy pasando por aquí para disfrutar de tus magníficos escritos. Un abrazo:
Tadeo
Tadeo:
Gracias por partida doble (tu comentario)
Me agrada que leas de mis anteriores sonetos.
Saludos cordiales.
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