
La vida con inquina me ha lanzado
al fondo del dolor, con desatinos
descuello vericuetos y caminos
mas siempre desvanece lo soñado
Mis ansias recrudecen lo pasado
y obligan a luchar con los molinos
de miedos ancestrales y anodinos
que forjan en mi mente su tinglado.
Se limpian nubarrones de los cielos
y atisbo como nunca al sol salir
resurgen de la muerte los anhelos
de amores que procuro resarcir.
Percibo que al final de mis desvelos
¡es ella!, la razón por quién vivir.
El Armador de Sonetos.
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