
El año que se fue, no me sosiega.
Marcó mi devenir, fugaz sin vida
con página de sangre, tu partida
me pierde en la penumbra y me doblega.
Inútil pretender que la talega
retrase de mi muerte su venida
la lucha desde el parto está perdida
no incumbe si es estirpe solariega.
Por eso niña amada, te lo pido
no dejes al amor en saco roto,
sospecho que me dabas por vencido
mas sabes que en los ojos te lo noto,
no dudes que en el fondo te he querido
y sigo de tu imagen fiel devoto.
El Armador de Sonetos.
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