
Me duele que al haber tergiversado
el zumo de tus labios y sus mieles
placeres de momentos hoy tan crueles
conduzcan al marasmo temperado.
Me duele el olvidar al ser amado
aquél que desdeñó los oropeles
mudando mis desiertos en vergeles
me torne el devenir infortunado.
Ignoro si hay remedio, me pregunto
fraguando por respuesta lo factible
un fin de antología al contrapunto
que hiere al corazón, y tan sensible
reclame el finiquito del asunto.
Me duele recordar si fue posible.
El Armador de Sonetos.
1 comentario:
Wow solo puedo decir que me han fascinado tus sonetos.. FELICIDADES y gracias por compartilos
Saludos
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