
¿Si robo al sol efímeros colores
que brinda celestiales con la aurora
y forjo de mañana, y sin demora
guirnalda con matiz de resplandores?
¿Si quito de las nubes con amores
la lluvia, dulce música sonora
las lágrimas de vida redentora
que otorgan a la tierra sus verdores?
¿Si monto por un rato en el Pegaso
volando por el cielo, tras lucero
tan pronto se aparezca en el ocaso?
Mi niña amada, tu respuesta espero:
pregunto si será pecado acaso
decirte con el alma que te quiero.
El Armador de Sonetos.
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