
Poema tras poema, alegoría
y tramas engarzando los sonetos
impávidos develan mis secretos
del alma y corazón en demasía.
Recuerdos del inicio, de anarquía
los versos los podaba, los cuartetos
trataba de rimarlos, los tercetos
parecen tan extraña letanía.
Aclaro que agradezco yo a mi musa
por ella conseguí los bellos temas
de amor y desamor; y tan ilusa
mi mente se confunde con dilemas
armando los sonetos, se rehúsa
con gritos a que rompa los esquemas.
Detesto las zalemas:
Y veo mis sonetos como hijos
trajeron a mi vida regocijos.
El Armador de Sonetos.
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