382. El abuelo (Romance).

Con carácter tan alegre
jovial y hasta bullanguero
no basta mirar su cara
de santo angelito bueno
pues tiene el alma de niño
y adolorido esqueleto.
Sin testigo que lo pruebe
el tiempo le dio consuelo
sus cuitas las hizo leves
para fortuna y sosiego
y jugar con su chiquillo
a cruzar el arroyuelo
fingiendo ser el pirata
que le platica en sus cuentos
incluso hasta los dragones
ya les ha perdido el miedo
sabiéndose protegido
por su amigo el mosquetero.
En estos últimos meses
mermó de salud y peso
y el doctor le recetó
que se eviten los excesos
mas la pena lo entristece
y es su posible deceso.
El gallo le canta al alba
y el chico lo oye primero
su sonrisa ya revela
que acaba de estar chimuelo
y en la mano porta el diente
gritando ¡-abuelo, abuelo-!
Ahora al niño le duele
la partida del bombero
aquel que durante meses
resultó fiel compañero
que sufriendo con la fiebre
nunca se quejó de sueño.
Tendido llora el chiquillo
la muerte del marinero
el príncipe del castillo
se ha marchado al extranjero
y es hora que el pobrecillo
espera su vuelta al cielo.

En el fondo me conmueve
y es verdad que no exagero
cuando llega así la muerte
quisiera ser un torero
para sacarle unos pases,
citarla al centro del ruedo
y de fieras estocadas
desterrarla de mis miedos.

El Armador de Sonetos.