
Abajo del dintel abrió la historia
un nuevo pergamino de cantera,
al borde del abismo, por la vera
del río de la vida, vanagloria.
La muerte se anotó con la victoria
luchando palmo a palmo, de manera
la espada me clavó, mortal certera,
desfila ya, mi vida en la memoria.
Y poco disfruté de la ilusión
sabiendo que vendría tan segura
el tiempo iniciará su regresión
y debo aprovechar la coyuntura
del alma, que doblega a la razón
creyendo en otra vida sin factura.
El Armador de Sonetos.
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