
La vida se asemeja a la pleamar
que embate con tormentas ciertos días
y borda con espuma y pedrerías
encajes de edición crepuscular.
La playa me conlleva a meditar
entorno que revive de alegrías
momentos de pasión y fantasías
en vísperas del viaje a continuar.
Bastantes son los pasos que se han dado
en busca de alcanzar lo que diviso
un frágil horizonte inesperado.
Y pronto llegaré sin compromiso
el golpe fue mortal y delicado:
Te fuiste de mi vida sin aviso.
El Armador de Sonetos.
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