
Inicia la partida, alfil al centro
lidiando con pericia gran batalla
y presto escala ducho la muralla
sembrando confusión a los de adentro.
La fuerza le acompaña en el encuentro
con jaque del pastor que nunca falla
librando pormenores y metralla
al fin rompió su enroque, ya va dentro.
Se agotan poco a poco los caballos
la sórdida defensa está tan ciega
que diezma como rayo sus vasallos
menguando la ofensiva palaciega
y aplica lo mejor de sus ensayos
el rey por fin, su dama ya le entrega.
El Armador de Sonetos.
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