
El céfiro transmite tu candor
y dicta que secuestre tu mirada
tejiendo con sonrisa reiterada
las redes encomiables del amor.
Combinas la pasión con el temor
y el fuego del placer de madrugada
con ruegos, y por siempre convidada
la luna, derrochando resplandor.
Las horas transcurridas a tu lado
vivencia en plenitud, comprometido
en alma y corazón, y atribulado
por lágrimas que ruedas al olvido
que pronto llegará predestinado:
sabías que mi amor no es permitido.
El Armador de Sonetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario