
La pálida penumbra de la cara
denosta lo que antaño fue jovial
las marcas del acérrimo rival
el tiempo con el triunfo se declara.
La cana que incipiente ayer brotara
hoy cubre con paisaje ya invernal
menguante cabellera señorial
matiz que la vejez comunicara.
Es hora de mentir con la verdad
te acepto como estás, así te dejo
supongo que si tienes dignidad
sabrás aquilatar un buen consejo:
"Querer belleza eterna es necedad"
y todo se lo debo al vil espejo...
El Armador de Sonetos.
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