
La mente con su ciclo circadiano
es río que serpea su camino
evade todo obstáculo dañino
alzando con el triunfo cotidiano.
La mar es la consigna y el arcano
el faro derrotero del camino
el fiel de la balanza mi destino
que apunta para rumbo resolano.
La casta sobresale y se refrenda
no importa perecer en el intento
los grandes han seguido por la senda
la misma que sin brida vuela el viento.
Yo busco la victoria en la contienda
dejando de depósito el talento.
El Armador de Sonetos.
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